dijous, 11 de gener del 2018

Modernidad, incendios, nevadas y otros fenómenos o cómo la "sociedad moderna" aún no está adaptada a algunos riesgos del siglo XXI


El siglo XXI es un siglo moderno. Todo es modernidad. Nuevas tecnologías, palabras en inglés, modas más o menos estúpidas, redes sociales más o menos sociales... y el siglo XXI es urbano. Fundamentalmente urbano. Y en muchos casos, insostenible. Por otra parte, los seres humanos, somos una especie con una tremenda capacidad de adaptación. 

De todos modos, resulta relevante que durante las últimas décadas ha cambiado, de forma radical, la forma de relacionarse entre la especie humana y el planeta que la sustenta. De hecho, los geólogos, ya hablan del Antropoceno como era geológica. Y es que las generaciones que vendrán nos recordarán por la alfombra de plástico, fertilizantes e isótopos radiactivos que los humanos de estas décadas (un suspiro a escala temporal planeta Tierra) hemos extendido sobre la corteza terrestre durante los últimos sesenta años. Y este hecho es solamente una muestra más del cambio de relación. La gente se  ha ido a la ciudad porque la vida es más fácil. Más cómoda. Más moderna. Más servicios, más oferta cultural, más oportunidades de trabajo ... las generaciones que trabajaron la tierra con sus manos lucharon para dar a sus hijos un futuro alejado de aquella realidad. Pero, ¿es la mejor opción? Muchas veces "más fácil" o "más moderno", no es necesariamente sinónimo de “mejor”, ¿verdad?

Además, en 2017 hemos sabido, gracias a la publicación científica PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America) que el cociente intelectual de la Humanidad ha ido disminuyendo 0,04 puntos por década en los últimos 80 años (en nuestra era más "moderna y esplendorosa"), y que si se tienen en cuenta todos los factores genéticos relacionados con la educación moderna, la disminución por década de nuestra inteligencia podría llegar a 0,3 puntos (al menos en Islandia, que es donde se ha hecho el estudio. ¿Extrapolable al mundo? Quién sabe...).

Seres humanos juegan al golf en Bonneville mientras el incendio forestal de Eagle Creek quema 20.000 hectáreas al otro lado del río Columbia en Oregon. Fuente: Kristi McCluer.

Viendo esta fotografía habrá quien piense, total, no pueden hacer nada. Posiblemente, es cierto. Y el campo de golf, mientras no haya humo, no deja de ser un lugar seguro, pero la imagen no deja de ser ilustrativa del hecho de que parte de la sociedad da la espalda al problema. Según datos recogidos en el Informe sobre Desarrollo Humano de la ONU en 2014, el 54% de la población mundial actual reside en áreas urbanas. En 2050 llegará al 66%. Pero el caso occidental es mucho más sangrante. En España el 77,7% de la población ya es urbana. Además la población rural está cada vez más envejecida. Y esto se traduce en problemas. El más masivo y evidente quizás sea lo de los incendios forestales. Pero hay otros, menos evidentes tal vez, pero igualmente perniciosos. Y es el problema de la falta de percepción de riesgos. 

A base de vivir en entornos seguros, y en zonas de confort urbano (donde el mayor contratiempo al que se enfrentan algunos seres humanos es pisar una cagada de perro...) se pierde cultura empírica de prevención y de autoprotección, de supervivencia y relación con el medio natural que nos ha venido albergando durante siglos. A la mayor parte de urbanitas si los sueltan en el campo, mueren en pocas horas en una secuencia más o menos proporcional a lo que les dura la batería de su teléfono móvil (si hay cobertura) y se agotan las barritas energéticas.

Y otro problema es, sin duda, una tendencia nefasta a la "Papa Estado Dependencia", o dicho de otro modo, tener nuevamente una percepción errónea basada en el hecho de pensar que hay unas Administraciones Públicas infinitas, ubicuas, omnipresentes, omniscientes y todopoderosas que tienen la obligación de proteger y garantizar nuestra seguridad bajo toda circunstancia y condición. Es pronto para saber si somos cada vez menos inteligentes, como especie, pero hay casos en los que se atisban síntomas.

Ejemplos basados en incendios forestales "modernos". 


Las personas que nos dedicamos a temas de ingeniería ambiental, sostenibilidad, emergencias vinculadas a riesgos naturales (o artificiales...), normalmente seguimos lo que ocurre en otras partes del mundo relacionado con estos ámbitos. Hacerlo nos ayuda a entender mejor la magnitud de lo que está ocurriendo, y a aprender. Siempre se aprende de la experiencia de otros. Y nuevamente los incendios forestales, están avisando. Un breve resumen de esta afirmación podría concretarse en la siguiente secuencia:

  • 2016. Empiezan los avisos. 1 de mayo de 2016 (no era verano) un incendio forestal en Canadá impacta contra la ciudad de Fort McMurray (Alberta), según algunos la ciudad más rica del continente Americano. Según muchas estimaciones, de la Tierra. La ciudad desaparece. El fuego obliga a evacuar a sus 80.000 residentes, destruye más de 2.400 casas y quema 590.000 hectáreas antes de ser controlado el 5 de julio de 2016. Según la MacEwan University (Edmonton, Canadá) el fuego de McMurray provoca daños por un coste de 8,86 billones de dólares (miles de euros). 2 muertos durante la evacuación. En agosto en Madeira se produce un incendio devastador que genera 1.000 evacuados, destruye a Funchal (la capital de la isla) más de 300 edificios. Genera daños por importe de más de 61 millones de euros a más de 80 heridos y 4 muertos.
4 de mayo de 2016: El incendio forestal que asoló Fort McMurray, es el desastre más caro de la historia canadiense desde que se tienen registros. Fuente: Jason Franson/CP

  • Enero 2017. Entre los días 18 de enero y 5 de febrero de 2017 un incendio forestal en Las Máquinas, en la Región del Maule, en Chile, crema en 14 horas 115.000 hectáreas. El ROS (Rate Of Spread) o tasa de propagación del fuego fue de más de 8.000 hectáreas / hora. En total, en ese incendio, se quemaron 467.536 hectáreas. Y solamente los trabajos de extinción (sin contar daños), en ese incendio, costaron según el Gobierno Chileno, 25.240.210 €. Hubo 11 víctimas mortales. Es considerado el primer incendio de 6ª generación.
  • Junio ​​2017. Incendio de Knysna - Western Cape, Sudáfrica. Provocado por un rayo. 7 muertos. En el mismo mes, Incendio de Pedrógão Grande - Leiria, Portugal. Entre el 17 y el 24 de junio de 2017, un incendio provocado por un rayo provoca 64 muertos y más de 130 heridos.
  • Julio - Agosto 2017. La Gendarmería francesa registra en poco más de 3 semanas 131 incendios forestales que provocan la muerte de 9 personas y quemaduras graves a otros 17.
  • Octubre 2017. Incendio de la ciudad de Santa Rosa (Tubb fire) - California, EEUU. 5.700 casas y otras estructuras destruidas. Aproximadamente 100.000 personas evacuadas. Daños directos por un importe de 86 billones de dólares. 185 personas heridas y 42 muertas. Miles de personas lo pierden todo. En el mismo mes, incendios simultáneos Portugal - Galicia coincidiendo con la llegada del Huracán el Ophelia, fuera de campaña (Esto implica menos personal). 43 muertos en Portugal, y 4 muertos en Galicia en un episodio que colapsa la estructura de emergencias en Galicia. Rodea la ciudad de Vigo provocando una situación dramática.
  • Diciembre de 2017. Incendio en Ventura (Thomas Fire) - California, EEUU. Afección a más de 114.000 hectáreas (1.141 kilómetros cuadrados), destrucción de más de 1.063 estructuras, coste directo de más 297 millones de dólares, 2 muertos durante el incendio y de momento 17 por las inundaciones y corrimientos de tierra... 
Imagen del satélite Terra del humo del incendio Thomas Fire en el condado de Ventura, el 5 de diciembre 2017, junto con el humo de otros dos incendios más pequeños (Rye Fire y Creek Fire), en el sur de California. 

En la actualidad, los incendios forestales suponen un riesgo importante a escala mundial, con 3-4 millones de hectáreas quemadas cada año en todo el mundo (aproximadamente un 3% de la vegetación existente). Entre los años 1984 - 2013, los fuegos forestales habían causado 1.940 muertes directas. Esto supone unas 65 víctimas por año. En 2017, sólo en los incendios descritos, ya han muerto 182 personas. Esto supone un 276% respecto de la media de la serie de 30 años. Evidentemente, un año en una serie larga no tiene porque ser representativo, pero el riesgo es que esta anomalía pueda convertirse en una situación crónica. El escenario, desgraciadamente, es favorable.

Y ni las víctimas potenciales de estos eventos, ni sus entornos de vida urbanos, están preparados para la magnitud de estos fenómenos. Mucha gente ha construido su vida en zonas de riesgo. 

Consecuencias directas del incendio de Thomas, en el condado de Ventura (California). Los corrimientos de tierra derivados de la pérdida de la cobertura vegetal han matado personas, obligado a evacuar a miles de residentes y destruido viviendas, infraestructuras y vías de comunicación. Fuente: Ventura County PIO. 


La modernidad urbana debe entender que, nos guste o no, tendremos que convivir con el fuego (y con sus consecuencias). Los seres humanos modernos necesitan entender que sólo se puede incidir sobre el escenario de convivencia (más preparado, o menos, más favorable al fuego, o a los Servicios de Emergencia) a través de prevención, gestión forestal y preparación social. La situación actual, de grandes fuegos con decenas de víctimas mortales y destrucción masiva, puede convertirse en norma si no se adoptan medidas urgentes. Dejar de ser excepcional, para convertirse en habitual. Los incendios ya no son un problema exclusivamente ambiental (nunca lo han sido). Son, de forma evidente, una amenaza para la vida de las personas, sus casas, sus bienes...


Ejemplos basados en nevadas de estos días


Los incendios son habituales en zonas mediterráneas. Y son muy mediáticos. Pero de vez en cuando otros fenómenos también consiguen fijar el foco. El fenómeno es distinto, pero el resultado (y algunas de las causas de problemas, en relación a los seres humanos, son las mismas). 

Las nevadas de estos últimos días, han traido consigo el atrapamiento masivo de conductores en la AP6, y toda una serie de sucesos y reacciones que, vistos con cierta perspectiva, deberían hacer reflexionar, a quien tenga ganas de hacerlo, sobre el hecho de que esto se nos está yendo de las manos. Por una parte hay una Administración Pública. Por otra parte hay una empresa privada. Y por otra miles de particulares. 

El hecho es que una nevada atrapa a miles de personas. Por supuesto que es importante saber si la Dirección General de Tráfico actuó tarde y mal. Y más importante aún es que si hubo mala praxis haya consecuencias y se aprenda, para que no vuelva a ocurrir. Por supuesto que es importante saber  si la empresa privada actuó tarde y mal, o si como no deja de ser una "industria", intentó aprovechar el momento de máxima demanda de su "producto" para ganar dinero. Esto sería especialmente grave. Pero, por supuesto también, estas situaciones deberían hacer entender a la ciudadanía que ante emergencias de cierta magnitud, la Administración, que no es ni infinita, ni ubicua, ni omnipresente,  ni omnisciente, y ni mucho menos todopoderosa, no puede proteger y garantizar nuestra seguridad bajo toda circunstancia y condición

Seres humanos atrapados en la AP6 intentan desatascar su vehículo durante las nevadas de la operación retorno de 2018. Fuente: Diario El Norte de Castilla


El primer interesado en protegerse, y garantizar su seguridad (y la de su familia, amigos...), le guste o no, debería ser usted. Luego ya entraremos en si la empresa lo hizo mal, la Administración lo hizo mal... si lo hicieron mal que lo paguen. Si la empresa quiso lucrarse por encima de las posibilidades de la situación, que le pasen el cargo del despliegue de la Unidad Militar de Emergencias, o que la multen, o que... Si la Dirección General de Tráfico lo hizo mal, que cesen a sus responsables, o que los denuncien por poner en peligro de forma masiva a la población, o que... pero eso es secundario. 

Es muy cómodo (y muy moderno, tal vez) delegar todas las responsabilidades en un Estado que, en demasiadas ocasiones intenta hacer ver que está todo bajo control, (y claro, luego pasa lo que pasa...) cuando en realidad, a veces no es así. La propia naturaleza de las emergencias entraña un nivel de incertidumbre. A mayor emergencia (en cuanto a magnitud, gente afectada...) mayor incertidumbre (en cuanto a consecuencias, víctimas...). 

Además, el hecho (frustrante, indignante, molesto...) es que quien tiene el problema es usted. El que está atrapado en medio de la nevada, con su coche, su pareja, su prole, sus colegas... es usted. Y es legítimo que pretenda que su compañía de seguros, los Servicios de Emergencia, o los renos de Papá Noel vayan a ayudarle. Claro que es legítimo. Pero si la cosa se desmadra, se aplica la máxima de que "lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible". Y aunque patalee, llame 1000 veces al 112, se ofusque, se frustre, se enfade, se indigne o baile la conga de Jalisco por la nieve, el que está en esa situación es usted. Y va a seguir siendo imposible que la ayuda llegue de forma inmediata. Y si la Administración y los Servicios de Emergencia han colapsado... le va a tocar pasar la situación, al menos durante los primeros minutos, horas, días (en función de la emergencia) a usted.

Le pongo un ejemplo: se produce un accidente de autobús. Hay 49 víctimas. Alguien (normalmente una víctima, o alguien que ha presenciado el accidente,...) avisa al 112. La gente de los Servicios de Emergencia sale disparada hacia la zona. Pero van a tardar en llegar (unos minutos, siempre más de los que nos gustaría si estamos inmersos en la emergencia). Y van a llegar de forma escalonada. Puede que su emergencia no sea la única. Pueden encontrar tráfico, pinchar una rueda, tener un accidente... En este vídeo puede ver reacciones ante el paso de vehículos de emergencia en diferentes países. Tras echar un vistazo ya me dirá cuál cree que es nuestro modelo en muchos casos...

Cómo reaccionan los diferentes países a: Sirenas de ambulancia (internacional). Fuente: Countries reacting

Llega la primera unidad sanitaria (antes ha llegado alguna pareja de la Guardia Civil, que ha intentado poner algo de orden... vaya marrón) a la zona del accidente de autobús. 49 personas necesitan asistencia de diferente índole. 23 necesitan traslado urgente al hospital. En la ambulancia van un par de técnicos, y un médico, más el conductor. ¿Qué hace la persona que comanda esa unidad? Un triaje. Empieza por lo más urgente, y según va avanzando, atiende al resto. Si llega una segunda unidad, una tercera... van atendiendo más casos... pero va a transcurrir algo de tiempo (unos minutos, recuerde, siempre más de los que nos gustaría si estamos inmersos en la emergencia). Al cabo de un rato (siempre eterno para las víctimas), todos los médicos y ambulancias disponibles de la zona, están en el punto del accidente.

¿Qué pasa si durante ese incidente se produce otro suceso que requiere medios sanitarios? Que los van a solicitar de más lejos... y puede que el tiempo de respuesta sea mayor... y así van movilizando medios y equipos humanos, hasta que ya no hay más. No tenemos medios infinitos. O hasta que el tiempo de respuesta se incrementa, y según se van liberando unidades, vuelven a por más afectados. Es comprensible que hay que priorizar, que los recursos son limitados, que tardan un tiempo en llegar..., ¿verdad?

Pues en este tipo de situaciones de afectación masiva a mucha gente y cierta tardanza en recibir ayuda, lo que un particular sabe, o lo que ha hecho a título preventivo, cuenta. Y puede llegar a contar mucho. De hecho, la prevención marca la diferencia entre un resultado y otro (y no sólo para las nevadas). 

Caso aparte merecen los irresponsables, inconscientes y otro tipo de entes que pululan por el mundo y llevan el apellido "sapiens" gracias al resto de la especie. Estos seres humanos se han hecho famosos por sus llamadas al 112 y su "aventura". 

Cuando alguien se pone en peligro, otras personas se juegan el tipo en ocasiones para proceder a su rescate. La irresponsabilidad de algunos, suele afectar a la vida de otros. Fuente: Levante - EMV.


El problema no es sólo la estupidez, irresponsabilidad, inconsciencia de algunos... ¡es que, encima, hay gente que se enorgullece!. ¿Es inapropiada la respuesta del 112? Es posible. ¿Debe haber otro tipo de respuesta? Seguro. ¿Es frustrante que no nos envíen ayuda cuando la solicitamos? Claro. Cualquier cosa que nos contraría puede generar frustración. ¿Había emergencias más urgentes que atender que un grupo de seres humanos que se habían puesto en situación de riesgo de forma voluntaria, sin equipamiento y dando muestras de poco sentido común? ¿Debería pagar la gente que comete este tipo de irresponsabilidades de forma voluntaria, sin necesidad, por los servicios públicos?

Que cada cual responda a esas preguntas como considere. Aquí la conversación entera. Sólo una reflexión: Cuando algo te genera angustia, intentas no repetirlo. ¿No?




Responsabilidad compartida. Pública, por supuesto, pero también privada. Lecciones por aprender. Cuestión adaptativa.


En el mundo de los incendios forestales hay una buena costumbre resumida bajo el nombre de "Lecciones aprendidas". Cada vez que ocurre una fatalidad, o casi fatalidad, se intenta sacar alguna conclusión útil para intentar que no vuelva a ocurrir en el futuro.

Gracias a esta práctica, el conocimiento en materia de seguridad para el personal que participa en esta "actividad de riesgo" (porque es su trabajo), ha evolucionado mucho. Estaría bien que esa práctica se trasladara al resto de la sociedad en el ámbito de otras emergencias. Ante cualquier riesgo, hay responsabilidades públicas, y privadas.

Por poner un ejemplo, la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, del Ministerio del Interior, recomienda 9 pautas si se va a viajar en caso de nevadas. Cita literal:

1. Infórmese previamente del estado de las carreteras y de la situación meteorológica.

2. Evite viajar en coche siempre que no sea necesario y utilizar, a ser posible, transporte público.

3. En caso de ser imprescindible la utilización del vehículo, revise neumáticos, anticongelante y frenos. Además, hay que tener la precaución de llenar el depósito de la gasolina, y llevar cadenas y elementos de abrigo.

4. Así mismo, es recomendable llevar un teléfono móvil y dispositivo de alimentación del mismo.

5. Ir muy atento para tener especial cuidado con las placas de hielo. Es difícil determinar en qué lugar del trayecto pueden haberse formado, aunque generalmente las zonas de umbría son las más habituales.

Si queda atrapado por la nieve:

6. Debe permanecer en el coche, si el temporal le sorprende dentro del mismo.

7. Asimismo, es conveniente mantener el motor del vehículo encendido y la calefacción puesta, cuidando renovar cada cierto tiempo el aire. Es muy importante evitar quedarse dormido.

8. Comprobar que se mantiene libre, en todo momento, la salida del tubo de escape para que el humo no penetre en el coche.

9. Si es posible, intente sintonizar las emisoras de radio, que seguramente le informarán de las predicciones meteorológicas, las informaciones oficiales sobre el estado de la situación y las indicaciones que se dén al respecto.

Para los más suspicaces, no lo han colgado ahora. Lleva ahí un montón de tiempo. Otra cosa es que la gente lo lea, o no. Los días previos al atrapamiento masivo en la AP6 había avisos en las noticias, había información al respecto en redes sociales... pero pese a ello, muchas de las personas afectadas no llevaban agua, ni comida, ni mantas, ni abrigo, ni combustible suficiente, ni cadenas... aquí una muestra "indignada" de uno de los afectados:

Las cadenas son un elemento básico de prevención y autoprotección que pese a los avisos muchas personas afectadas no llevaban. Fuente: Youtube

Estos argumentos (que ponen en evidencia carencias de índole particular) no restan gravedad a las posibles negligencias de la Administración. Suele haber cierta tendencia a que si alguien argumenta en el sentido de evidenciar responsabilidades particulares, significa que está "defendiendo" a la Administración, o a otros posibles responsables.

Nada más lejos de la realidad. La intención de este artículo es reflexionar sobre el hecho de que durante emergencias con afectación masiva a la población (Grandes Incendios Forestales, nevadas y atrapamientos masivos en días de gran cantidad de desplazamientos...) la única posibilidad de "pasarlo un poco menos mal" es estar preparado. Tanto desde el punto de vista particular, como desde el punto de vista público.

Con la emergencia resuelta, y la gente en sus casas, ya se depurarán responsabilidades donde corresponda. Y en última instancia, si no se depuran, siempre quedará el proceso depurativo de las elecciones. Lo que en cualquier caso no parece demasiado lógico es cargar las tintas contra las personas (profesionales o no) que, seguro, intentaron hacer lo mejor posible ese día, y ayudar a la mayor cantidad de gente posible (sanitarios, bomberos, guardia civil, policía, protección civil, UME, forestales, agentes de medio ambiente, personas solidarias que llevaron comida y agua a los afectados...). 

No "es guay" quedarse atrapados. No "mola ponerse en peligro" innecesariamente. No "es buena la modernidad que nos aleja de las costumbres rurales", y en ocasiones parece que a algun@s del sentido común. El ecosistema que nos alberga envía señales. Y hay mucha gente que parece no querer escucharlas. Como dice un sabio que conozco, "No hay buenas o malas decisiones. Hay consecuencias". Y de nuestras decisiones (y actitudes), individuales y colectivas, públicas y privadas, van a depender las consecuencias. 

Con respecto a las responsabilidades:

Si el Director General de Tráfico es un inepto, y procede su cese, hágase. 
Si el Ministro estaba en el fútbol y no debía, y faltó a su obligación, y proceden explicaciones, dense.
Si no se movilizaron todos los medios disponibles, y era necesario, analícese y cámbiese el protocolo, los planes, o lo que sea necesario. 
Si la empresa concesionaria Iberpistas - Abertis, es irresponsable, y procede castigo, castíguese.
Si por ganar dinero pusieron en riesgo a más gente, y obligaron a movilizar más recursos por su falta de previsión o su avaricia, hágase pagar los gastos.
Si algunos inconscientes se pusieron en riesgo innecesariamente, edúquese para que no pase, y si pasa, castíguese a los inconscientes, para que no pongan en riesgo la vida de otros por sus ocurrencias.

(Hasta aquí lo que cualquier afectado podría suscribir, sin demasiados problemas).
Pero, también, si la falta de previsión de muchas personas agravó la situación, explíquese, justifíquese el por qué, e inténtese que no vuelva a ocurrir si es posible.

Y apréndase.

Apréndase que como sociedad, tenemos responsabilidades compartidas. Y que los errores, la dejadez, la omisión... pueden ser de índole pública, o privada. Y apréndase, especialmente, que la formación y la prevención son la clave para este tipo de emergencias, por fuego, por agua o por nieve.

Nos interesa re-aprender la relación con el ecosistema. Nos interesa no despreciar el conocimiento ancestral basado en miles de generaciones humanas relacionándose con el entorno. Nos interesa no ser tan prepotentes y engreidos como para pensar que podemos disociarnos de nuestro sostén. Y a pequeña escala, mientras cambia o no "la sociedad", nos interesa entender que la prevención siempre es mejor que la lamentación. Si me apuran, es una cuestión adaptativa.

Apréndase pues.

Ferran Dalmau - Rovira
Ingeniero Forestal. Técnico de Emergencias y Protección Civil.


PD: Aquí un pequeño vídeo sobre cómo montar las cadenas del coche (cortesía de la publicación especializada Autocasión), y algunas fotos de nuestro trabajo de campo, que en ocasiones, nos lleva a zonas nevadas en las que una grúa no entrará a buscarnos. Dependeremos de nuestra formación, y nuestra prevención. Es lo que tiene ser forestales.

Cuando el coche no llega, toca andar, a poder ser, con raquetas, abrigo, agua y comida. 
Fuente: Medi XXI GSA. Inventario de campo en el Alt Palància. Castelló. 

Elementos de referencia para ver cuánta nieve hay, y valorar si podemos circular, o no. 
Fuente: Medi XXI GSA. Inventario de campo en el Alt Palància. Castelló. 

Para poder circular en condiciones extremas se requiere preparación, medios y formación. De lo contrario, el riesgo aumenta. Fuente: Medi XXI GSA. Inventario de campo en el Alt Palància. Castelló.





9 comentaris:

  1. Molt encertada l'entrada Ferran. Ja fa un parell d'anys que en la campanya de prevenció d'incendis hem perdut la por a senyalar que "LA TEVA SEGURETAT DEPÈN DE TU".

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    1. La vostra feina a les Illes és molt encertada. Els missatges correctes i molta feina "de formiguetes". En la mesura en la que els events siguen més agressius, la gent anirà prenent una major consciència... molt per fer Empar =) Gràcies!!

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  2. Excelente reflexión, como siempre, de Ferrán Dalmau. Escribo esto precisamente desde Asturias, en este momento, dónde el tema está (brevemente...) en boca de todos.

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    1. Gracias Jesús. Tenemos que trabajar para conseguir una mayor comprensión por parte de la sociedad. El trabajo que desarrollan equipos como el vuestro son fundamentales para conseguirlo. Normalizar la presencia de "técnicos de seguridad" en diferentes situaciones como está normalizada la presencia de otros profesionales... y sobre todo hacer que la sociedad lo entienda... ese es el mayor reto... !Un abrazo!

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  3. Enhorabuena por este artículo. Totalmente de acuerdo.

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  4. Gracias por el artículo. Solo echo en falta propuestas de prevencion, tipo asociaciones civiles formadas y puestas al dia en, cada pueblo y ciudad, preparadas para participar de forma ordenada y a las órdenes de los profesionales en caso de cualquier emergencia.
    Y pienso q al igual q estamos obligados a pagar impuestos y está regulado, también debía estar regulado y debíamos estar obligados a dar este servicio a la comunidad.
    Y mientras tanto, no estaría mal ser promocionado como aportación de voluntarios NO ASALARIADOS, con el liderazgo de los profesionales del tema.

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  5. El tema del voluntariado es un tema complejo. Las asociaciones civiles ya existen. Son agrupaciones locales de Protección Civil, que en la mayor parte de los casos tienen carácter voluntario. El problema del voluntariado es su falta de continuidad, la variabilidad de recurso (un día pueden más, otro menos...) y la falta de profesionalización. En todo caso, es algo complejo, que si bien puede ser útil, se debe gestionar adecuadamente. Por otra parte, la omisión del deber de socorro está tipificado en el código penal. Es decir, ya estamos obligados por ley... =) un saludo

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  6. Perdona q insista!
    Hay algunos países q las tienen y funcionan.
    La generalización en entrenamientos de desalojo, por ej, es una parte de actuación civil en emergencias q está bastante implementada a través de la normativa de Seguridad laboral e igualmente ocurre con los programas q los bomberos llevan a centros educativos.
    Por otro lado, yo recuerdo, como en la zona en la q he vivido, cuando las campanas tocaban a fuego, los camiones se llenaban de hombres q acudían a apagarlo de inmediato.
    Sé q había un saber experiencial q todos reconocían y aceptaban, en el q algunos organizaban las actuaciones de forma integrada y dirigían pequeños grupos, q aceptaban las propuestas de actuación q se les pedían, porque los reconocían como más expertos (retenes actuales?)
    Quizás les faltaban conocimientos profesionales, pero conocían el terreno, eran mucho mayor número, sentían q lo q se quemaba era suyo, y no se planteaban q había quién cobraba por apagar fuegos y q su obligación era apagarlos.
    Conseguir que hoy, que los habitantes de las zonas boscosas entiendan, q es necesario pagar a unos profesionales, pero q eso sólo no es suficiente (¿porque no es suficiente, no?) Exige, q se les de participación, que vuelvan a tener la clara percepción de q lo q se quema o puede quemar es suyo,que se haga pedagogía para demostrar q los fuegos no son necesarios: ni para dar puestos de trabajo, ni para hacer negocio.
    Y esto es, desde mi humilde opinión, una labor de los actuales profesionales del monte, en coordinación con los Ayuntamientos; del mismo modo que lo es, el trabajar en la limpieza de bosques, porq la experiencia ha demostrado que dejarla, sin más, en manos de los profesionales no ha servido. Están mucho más sucios e intransitables q nunca, como se reconoce en el artículo.

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